Tailandia es mucho más que un destino de playas y pad thai. Para entender su identidad profunda, su historia y su modo de ver el mundo, hay que entrar descalzo a alguno de sus templos. En este país, la religión budista no es una tradición decorativa, sino una forma de vida. Los templos (o wats) son espacios de oración, reunión comunitaria, meditación y celebración.
En este artículo te guiaremos por los 10 templos más impresionantes de Tailandia, junto con información imprescindible para vivir la experiencia con respeto y disfrute: cómo entrar, cómo vestirte, qué hacer si vas con niños y qué libros y documentales revisar antes del viaje.
Recorrer templos en Tailandia es adentrarse en un mundo de símbolos, gestos y arquitectura que desborda espiritualidad. Aquí te presento los más destacados:
Conocido como el Templo del Buda Esmeralda, es el más venerado del país. Se encuentra en el interior del Gran Palacio y custodia una pequeña figura de Buda tallada en jade verde, rodeada por frescos, estatuas mitológicas y salas decoradas con pan de oro. Es un lugar muy concurrido, pero absolutamente imprescindible.
Su nombre significa “Templo del Amanecer”, aunque el atardecer es el momento ideal para verlo brillar. Su torre central (prang) está decorada con porcelana china y conchas marinas, y se puede subir para obtener vistas panorámicas del río Chao Phraya. Es uno de los templos más fotogénicos del país.
Famoso por su inmenso Buda Reclinado de 46 metros, este templo también es la cuna de la medicina tradicional tailandesa. Aquí puedes recibir un auténtico masaje tailandés o aprender sobre técnicas curativas milenarias. Sus patios, jardines y salones son un remanso de paz en pleno corazón de Bangkok.
Ubicado en lo alto de una montaña, este templo dorado parece suspendido entre el cielo y la selva. Se accede por una escalera flanqueada por nagas (serpientes mitológicas) o mediante un funicular. Una vez allí, se respira una calma especial, ideal para meditar o simplemente contemplar.
También conocido como el Templo Blanco, es una obra contemporánea del artista Chalermchai Kositpipat. Combina elementos del budismo tradicional con referencias modernas a la cultura pop. El templo parece hecho de hielo, pero transmite un mensaje de pureza espiritual y redención.
Estas ruinas pertenecen al antiguo Reino de Siam, destruido por los birmanos en el siglo XVIII. Su imagen más famosa es la cabeza de Buda entre raíces de árbol, una metáfora perfecta del paso del tiempo. Es un lugar silencioso y majestuoso que invita a reflexionar.
Este templo activo es un buen lugar para observar la vida cotidiana de los monjes, que se dejan ver durante sus prácticas o enseñanzas. Su biblioteca y sus chedis de estilo Lanna son joyas de la arquitectura religiosa del norte.
A menudo ignorado por los turistas, es uno de los templos más antiguos de Bangkok. En su interior, un gran Buda de bronce preside un salón decorado con frescos que narran la vida de Buda. Afuera se encuentra la famosa “Gran Balanza Roja”, usada antiguamente en rituales reales.
Este templo es el centro espiritual de Phuket. La gente acude a rezar, a agradecer curaciones o a encender incienso por sus seres queridos. Las torres del templo están decoradas con relieves de la vida de Buda, y desde su terraza puedes ver toda la ciudad.
Se lo conoce como el Templo de la Cueva del Tigre. Para llegar a su cima hay que subir más de 1.200 escalones, pero las vistas desde lo alto y la presencia de figuras sagradas lo convierten en uno de los lugares más místicos del país.
Si viajas con la intención de conectar con lo sagrado o de meditar, algunos templos son más propicios por su atmósfera tranquila y su tradición espiritual. Wat Doi Suthep es uno de los favoritos de los practicantes del budismo, y muchos templos en Chiang Mai ofrecen sesiones de meditación guiada o charlas con monjes (a veces en inglés).
También puedes participar en rituales de bendición, escribir tus deseos en una campana o en una hoja de oro, y aprender sobre el karma, la compasión y el desapego desde la propia fuente.
Los templos de Ayutthaya y Sukhothai (ambos Patrimonio de la Humanidad) son claves para entender la evolución política, religiosa y estética del país. Caminar entre ruinas es imaginar el esplendor de los antiguos reinos siameses y su caída a manos de potencias vecinas.
Los detalles arquitectónicos, los estilos de los Budas, los frescos y las inscripciones en pali revelan siglos de sabiduría, guerra y reconstrucción.
Algunos templos están enclavados en plena selva, en cuevas o en montañas cubiertas de niebla. Wat Tham Sua y Wat Doi Suthep son perfectos si te encanta combinar caminata, vistas naturales y reflexión.
Muchos de estos templos están rodeados por parques naturales, arroyos o miradores desde los que puedes ver el amanecer o escuchar cómo el bosque cobra vida al atardecer. Incluso es habitual cruzarte con monos, mariposas o aves tropicales en el camino.
Tailandia es un país que ama compartir su cultura. En templos como Wat Pho y Wat Chalong, encontrarás exposiciones sobre medicina tradicional, astrología tailandesa, historia del reino o enseñanzas de Buda.
En muchos templos hay carteles explicativos en inglés, y algunos ofrecen programas de intercambio cultural donde puedes charlar con monjes y aprender sobre su rutina, sus votos y su visión del mundo.
Entrar a un templo requiere seguir ciertas normas de respeto. No se trata solo de pagar una entrada o de hacer una foto bonita: estás ingresando a un espacio sagrado. Ten en cuenta:
La vestimenta en los templos tailandeses es una señal de respeto, no un simple código de vestuario. Aquí las claves:
Prepararte mental y emocionalmente puede enriquecer mucho tu experiencia. Algunas recomendaciones:
Por muy espiritual que sea tu aventura, nunca se está exento de accidentes o imprevistos. Tailandia puede ser segura, pero un simple dolor estomacal o una caída en una escalinata puede convertirse en una complicación si no tienes cobertura.
Por eso, es fundamental contratar el mejor seguro de viaje para ir a Tailandia. Así viajas con total tranquilidad, sabiendo que ante cualquier urgencia médica, cancelación o pérdida de equipaje, estás cubierto.
Viajar a Tailandia y recorrer sus templos no es solo hacer check en un itinerario. Es tocar lo sagrado con los pies descalzos, observar en silencio, entender el valor del presente.
Al volver, puede que no recuerdes cada nombre o cada escultura, pero sí recordarás la sensación de estar dentro de algo más grande que tú.