Si estás planificando tu viaje a Marruecos, seguramente ya sueñas con perderte por los zocos de Marrakech, explorar las dunas doradas del Sahara o relajarte en una terraza frente al Atlántico.
Pero antes de lanzarte a la aventura, hay una pregunta crucial que debes resolver: ¿qué tipo de alojamiento elegir? ¿Es mejor un hotel tradicional o sumergirse en la magia de un riad? En este artículo, desglosamos las opciones más populares para que puedas decidir con información clara y basada en tus necesidades reales.
Alojamiento en Marruecos: opciones disponibles
Marruecos ofrece una diversidad de alojamientos que refleja su riqueza cultural y geográfica. Desde el extremo lujo de los resorts costeros hasta la sencillez poética de los campamentos nómadas en medio del desierto, el país responde a todo tipo de viajero: el aventurero, el contemplativo, el urbanita o el espiritual.
- Resorts y hoteles boutique en la costa: En ciudades como Essaouira o Agadir, abundan los alojamientos con vistas al mar, spas de inspiración marroquí, terrazas privadas y propuestas gastronómicas internacionales. Perfectos para una luna de miel, para quienes buscan desconexión con altos estándares de confort o para quienes combinan surf, yoga y gastronomía.
- Campamentos nómadas y lodges en el desierto: En zonas como Merzouga o Zagora, puedes dormir en haimas de lujo con baño privado, observar las estrellas en completo silencio y compartir un tajine bajo el cielo abierto. Algunos ofrecen paseos en camello, espectáculos musicales y rituales del té junto a guías bereberes.
- Kasbahs y casas rurales en el Atlas: Para los amantes del trekking y la naturaleza, alojarse en una antigua fortaleza de piedra o en una casa de campo gestionada por familias locales en los valles del Alto Atlas es una forma de conectar con la Marruecos rural y menos turística.
Sin embargo, si tu itinerario incluye ciudades como Marrakech, Fez, Chefchaouen o Rabat, las dos opciones más comunes y prácticas son:
- Hoteles: internacionales, con servicios estandarizados, ideales si priorizas el confort moderno y la previsibilidad. Muchos ofrecen desayuno buffet, aire acondicionado, conexión Wi-Fi rápida, recepción 24 horas y opciones de excursiones organizadas. Son especialmente recomendables si viajas por trabajo, si necesitas accesibilidad garantizada o si buscas instalaciones con gimnasio, piscina y otros extras.
- Riads: alojamientos típicos marroquíes situados en antiguas casas tradicionales, restauradas con esmero, que ofrecen una experiencia más auténtica y acogedora. Suelen tener pocas habitaciones, lo que garantiza tranquilidad y trato personalizado. Están ubicados dentro de la medina, lo que permite vivir la ciudad desde su corazón histórico. Son ideales para viajeros sensibles a la estética, a la historia y a las experiencias culturales profundas.
¿Qué es un riad?
Si nunca escuchaste esta palabra, es normal preguntarse: ¿qué es un riad en Marruecos? Se trata de casas tradicionales ubicadas dentro de las medinas (los cascos históricos amurallados de las ciudades) que giran en torno a un patio central, muchas veces con una fuente, jardín o pequeña piscina.
Estas viviendas, algunas con siglos de historia, han sido restauradas y transformadas en pequeños hoteles boutique. Conservan la arquitectura y decoración típica marroquí: mosaicos, madera tallada, yeso ornamentado y azoteas con vistas panorámicas. Un riad no es solo un lugar para dormir; es una inmersión en la vida, la estética y el ritmo local.
¿Hotel o riad? Esa es la cuestión, y todo depende de ti
Si buscas confort estandarizado y servicios modernos
Elige un hotel. Sabrás qué esperar, sobre todo si reservas en cadenas internacionales. Aire acondicionado potente, televisores de pantalla plana, recepción 24 hs., menús occidentales y servicios como gimnasio o piscina. Es una opción recomendada para viajes de negocios, estancias breves o si no quieres preocuparte por la logística.
Si prefieres autenticidad y un trato personalizado
Opta por un riad. Te alojarás en el corazón de la ciudad antigua, vivirás la hospitalidad marroquí más genuina, y cada rincón del alojamiento te contará una historia. Eso sí, puede que tengas que caminar algunos minutos desde la puerta de la medina, ya que muchos no son accesibles en coche.
Si viajas en familia
- Hotel: Suele ofrecer habitaciones comunicadas, buffets variados, actividades para niños y servicios médicos. Es ideal si viajas con peques y quieres tranquilidad.
- Riad: Algunos riads familiares ofrecen habitaciones amplias y atención personalizada, pero es importante consultar si están adaptados para niños. Puede ser una experiencia educativa y encantadora para ellos, pero menos práctica si requieren espacios de juego.
Si viajas solo
- Riad: Te permite conectar con otros viajeros en ambientes comunes, como los patios o terrazas. Además, los anfitriones suelen dar recomendaciones valiosas, e incluso organizar actividades.
- Hotel: Proporciona privacidad y comodidad. Si prefieres no interactuar demasiado o buscas descansar tras largos recorridos, es una opción segura y eficaz.
Si viajas con amigos
- Riad: Reservar varias habitaciones o incluso el riad completo es una experiencia íntima y encantadora. Ideal para viajes de celebración, escapadas culturales o rutas por varias ciudades.
- Hotel: Puede resultar más cómodo si hay diferencias de horarios o preferencias de cada miembro del grupo. Además, permite dividirse sin complicaciones logísticas.
Si viajas con poco o mucho presupuesto
- Riad: Hay opciones para todos los bolsillos. Desde riads económicos con servicios básicos pero encanto, hasta verdaderas mansiones con baños de mármol, spa y gastronomía gourmet.
- Hotel: Igual que los riads, hay una gama amplísima. Sin embargo, los hoteles de gama media suelen ser más impersonales por el mismo precio que un riad con alma.
La magia de los riads
Alojarse en un riad es mucho más que dormir en una habitación bonita. Es sumergirse en un estilo de vida ancestral, cargado de belleza y hospitalidad. Los riads son pequeños oasis dentro del bullicio de la medina: cruzas una puerta discreta y, de repente, todo se vuelve silencio, frescura y detalle. El contraste entre el exterior caótico y el interior armonioso forma parte del encanto.
Muchos de estos espacios están decorados con esmero artesanal: zelliges (azulejos geométricos), tadelakt (revoco de cal pulida), lámparas de cobre labradas a mano y techos de madera de cedro pintada. Cada rincón refleja una estética donde lo bello no es un lujo, sino una forma de vida.
Los anfitriones no sólo gestionan el alojamiento: actúan como guías culturales, cocineros ocasionales, narradores de historias y embajadores de su tierra. No es raro que te ofrezcan un té al llegar, que preparen un desayuno casero con mermeladas, panes y crepes marroquíes, o que te den indicaciones para evitar trampas turísticas y descubrir joyas ocultas.
Dormir en un riad también significa escuchar el sonido del agua en el patio, ver la luz filtrarse a través de celosías talladas, y despertarte con el canto del almuecín en la distancia. Es una experiencia multisensorial que se graba en la memoria. Es hospitalidad hecha arte, y cada estancia se transforma en un recuerdo cálido, íntimo y único.
Riads recomendados
Si estás empezando a buscar, aquí van algunas sugerencias seguras que han sido valoradas tanto por su calidad como por su capacidad de transmitir el alma marroquí:
- Riad Yasmine (Marrakech): Uno de los más icónicos en redes sociales, pero más allá de lo estético, destaca por su atención personalizada, su jardín interior con piscina y una atmósfera relajada perfecta para desconectar.
- Riad Fes Relais & Châteaux (Fez): Una joya del lujo marroquí, ideal para quienes buscan una experiencia de alto nivel. Su arquitectura es impresionante y su restaurante ha sido galardonado por fusionar tradición y alta cocina. El servicio es impecable, y cada rincón parece sacado de un cuento.
- Dar Seffarine (Fez): Ubicado en el corazón del laberinto de la medina, este riad combina autenticidad y calidez. Sus dueños, apasionados por la historia y el arte, han restaurado el edificio con respeto por su identidad. Es perfecto para viajeros sensibles a los detalles y la historia.
- Riad Anata (Fez): Moderno, accesible y comprometido con la sostenibilidad. Su terraza es ideal para cenas al atardecer, y su equipo destaca por su trato amable y eficiente. Además, organizan experiencias gastronómicas que suman valor al viaje.
- Riad Dar One (Marrakech): Elegante, minimalista y con una ubicación privilegiada cerca del Palacio de la Bahía. Es perfecto para quienes quieren estar cerca de todo, pero dormir en paz. Su diseño mezcla lo tradicional con lo contemporáneo con una armonía sorprendente.
Elegir entre un hotel y un riad en Marruecos no es solo una decisión logística: es una elección de estilo de viaje. Ambos tienen ventajas, y lo ideal es elegir el que mejor se adapte al propósito de tu visita. Si buscas integrarte en la cultura local, descubrir la belleza escondida en lo cotidiano y vivir con más intensidad, el riad será tu mejor elección.
Sea cual sea tu decisión, no olvides viajar protegido. Un buen seguro de viaje para ir a Marruecos te permitirá disfrutar con tranquilidad de cada experiencia, desde los zocos hasta el desierto.