Si estás organizando un viaje a Marruecos y te asalta la duda: “¿Fez o Marrakech?”, no estás solo. Esta es una de las decisiones más comunes entre los viajeros que sueñan con descubrir la esencia de este país norteafricano.
Ambas ciudades rebosan historia, arquitectura, sabores intensos y paisajes inolvidables. Pero lo hacen de formas muy distintas. Elegir entre Fez y Marrakech es, en realidad, elegir entre dos maneras de experimentar Marruecos.
Fez, con su medina milenaria y su ritmo sereno, es el corazón cultural y espiritual del país. Fundada en el siglo VIII, Fez es un testimonio viviente de la historia islámica y de la tradición artesanal. Entrar en su casco antiguo es adentrarte en un universo detenido en el tiempo, donde el cuero se curte como hace siglos y los mercados parecen un eco del pasado.
Marrakech, en cambio, late con una energía vibrante. Fundada en el siglo XI, combina lo antiguo y lo moderno con una gracia única. Aquí el viajero encontrará zocos coloridos, jardines secretos, bares de diseño, y una noche que nunca termina del todo. Es ideal para quienes buscan movimiento, diversidad y contrastes.
Ambas son intensas, bellas, complejas. Pero según cómo viajes —solo, con niños, en pareja, en grupo— una puede adaptarse mejor a tu aventura.
Fez es más introspectiva, tradicional y genuina. El turismo aquí es menos masivo, lo que permite una experiencia más auténtica. La mayoría de los locales no están enfocados exclusivamente al turismo, y muchos aún hablan árabe y francés como lenguas predominantes.
Marrakech, en cambio, es más turística, internacional y abierta. Es habitual encontrar locales bilingües que hablan español o inglés, y hay una infraestructura más desarrollada: alojamientos boutique, restaurantes gourmet, spas de lujo, excursiones organizadas.
La buena noticia es que puedes visitar ambas ciudades sin complicaciones. El tren es la opción más práctica y pintoresca.
El trayecto entre Fez y Marrakech dura entre 6 y 7 horas, dependiendo del tipo de tren y del horario. La empresa nacional de trenes, ONCF, ofrece varios servicios diarios en primera y segunda clase. Es una experiencia muy recomendable: los paisajes del Medio Atlas, los campos de olivos y pueblos polvorientos pintan una postal inolvidable del interior marroquí.
Comprar los billetes online o en la estación con un día de antelación es lo ideal. Y si prefieres comodidad, la primera clase ofrece asientos más espaciosos y menos aglomeración.
Fez puede ser abrumadora para el viajero solitario, especialmente si es la primera vez en Marruecos. La medina, con sus miles de callejones, puede confundir e incluso desorientar. No obstante, si buscas una experiencia introspectiva, auténtica y silenciosa, Fez te regalará momentos únicos.
En cambio, Marrakech ofrece más oportunidades para conocer a otros viajeros, hacer excursiones en grupo y moverte con mayor fluidez gracias a su infraestructura más turística. Si lo que buscas es mezclarte, compartir, salir de noche, Marrakech es tu lugar.
Tanto Fez como Marrakech son ideales, pero cada una te ofrecerá un tipo de complicidad diferente. En Fez, podréis vivir la aventura de perderos entre callejones medievales, descubrir talleres de curtidores y negociar en los zocos más tradicionales del país.
En Marrakech, la experiencia es más dinámica: bares con terraza, jardines escondidos como el Majorelle o los riads con piscina para descansar después de recorrer la ciudad. Además, hay más opciones de vida nocturna y actividades culturales como espectáculos de danza o música gnawa.
Marrakech es más amigable para las familias con niños. Tiene plazas amplias como Jemaa el-Fna donde los pequeños pueden maravillarse con artistas callejeros, cuentacuentos y músicos. Además, muchos riads y hoteles están adaptados para familias, con menús especiales y excursiones organizadas a camello o a parques naturales.
Fez puede resultar un poco más desafiante para viajar con niños pequeños debido a la complejidad de su medina y la falta de espacios abiertos. Aunque algunos talleres artesanales pueden ser fascinantes para ellos, el ritmo de la ciudad no siempre es apto para los más inquietos.
Fez es ideal si tu viaje en pareja busca momentos de calma, profundidad y descubrimiento cultural. Pasear al atardecer por los tejados, visitar las madrazas o compartir un té con hierbabuena en un rincón escondido será una experiencia íntima y diferente.
Marrakech, por otro lado, ofrece un romanticismo más vibrante: cenas en terrazas con velas, paseos en calesa, escapadas al desierto o a los jardines de Menara, y alojamientos de diseño pensados para el relax y el lujo.
Para viajes multigeneracionales, Marrakech suele ser la opción más equilibrada. Su oferta de actividades es tan variada que todos encontrarán algo a su medida: spas y compras para los adultos, aventuras al desierto para los jóvenes, y visitas culturales para los mayores.
Fez requiere más preparación: no todos los alojamientos son accesibles, y el nivel de exigencia para caminar y orientarse es mayor. Aun así, si tu familia disfruta de la historia, la cultura y la tranquilidad, puede ser una experiencia muy enriquecedora.
Aunque Marruecos es un destino accesible y hospitalario, siempre es recomendable contar con respaldo profesional ante cualquier imprevisto. Desde problemas médicos hasta pérdidas de equipaje, un buen seguro puede marcar la diferencia.
Por eso, te sugerimos contratar el mejor seguro de viaje a Marruecos antes de tu partida. Viajar con tranquilidad te permite entregarte por completo a la experiencia.
No hay una respuesta definitiva. Solo hay deseos distintos, momentos vitales diferentes y formas únicas de conectar con un país. Quizá lo ideal sea no tener que elegir. Recorrer ambas ciudades te permitirá conocer el Marruecos del silencio y la oración, y también el Marruecos del bullicio y el color.
Ambos te esperan. Y ambos te transformarán.