Apenas a 90 minutos de Tokio, Hakone se abre ante el viajero como un refugio de montañas boscosas, aguas termales humeantes y el inconfundible perfil del Monte Fuji coronando el horizonte. Un destino que combina tradición japonesa, arte contemporáneo, paisajes de postal y la exquisita sensación de perderse en ryokan centenarios donde el tiempo parece haberse detenido.
Si quieres sumergirte en la Japón más espiritual y natural sin alejarte demasiado de la gran metrópoli, Hakone es tu parada obligada. Aquí te cuento qué ver y hacer en Hakone, cómo moverte y cómo aprovechar cada rincón para que vivas una experiencia auténtica, de esas que se graban en la memoria para siempre.
Hakone no es solo un lugar para “mirar”, sino para sentir: el vapor de un onsen que acaricia la piel, el aroma del azufre que brota de la tierra, el crujir de las hojas en un bosque de hayas, la silueta nevada del Fuji reflejada en un lago. Todo tiene un ritmo lento y contemplativo.
Te proponemos un recorrido por sus imprescindibles, pero también por esos detalles menos turísticos que convierten a Hakone en un destino único.
Este lago de origen volcánico es, probablemente, la postal más icónica de Hakone. Sus aguas tranquilas, rodeadas de montañas verdes, reflejan en días claros la majestuosidad del Monte Fuji al fondo. Aquí puedes:
Este lugar te recuerda que Hakone es un área volcánica viva. El Valle Owakudani es una zona geotermal formada hace más de 3.000 años tras la erupción del Monte Hakone. Verás fumarolas de azufre, aguas burbujeantes y paisajes de otro planeta.
Imperdible:
Consejo: lleva mascarilla si eres sensible a los olores fuertes. El olor a azufre es intenso.
Hakone es sinónimo de onsen. Aquí, las aguas termales brotan generosamente gracias a la actividad volcánica subterránea. Relajarse en un rotenburo (baño exterior) mientras miras un jardín japonés o el Fuji nevado es una experiencia casi mística.
Opciones para todos los gustos:
Recuerda: la etiqueta en los onsen es clara: dúchate bien antes de entrar, no uses traje de baño (se disfruta desnudo) y no introduzcas toallas en el agua. Si tienes tatuajes visibles, pregunta antes: algunos lugares aún son estrictos.
Una de las joyas culturales de la región es el Hakone Open-Air Museum, el primer museo de escultura al aire libre de Japón. Un espacio mágico donde más de 120 esculturas modernas se integran con praderas, colinas y bosques.
Obras de Henry Moore, Rodin y Miró conviven con instalaciones interactivas y zonas para niños. El pabellón Picasso, con más de 300 obras del artista, es otro tesoro. Pasear entre arte contemporáneo, rodeado de naturaleza y montañas, es una experiencia que funde lo humano y lo natural.
Para sentir la historia bajo tus pies, recorre un tramo del Camino del Viejo Tokaido, una ruta centenaria que unía Edo (Tokio) y Kioto durante el periodo Edo. Algunos tramos de adoquines originales sobreviven entre cedros enormes y casas de té.
Haz también una pausa en Amazake Chaya, una casa de té familiar con más de 400 años de historia, donde se sirve amazake caliente (bebida dulce de arroz fermentado). Aquí sentirás el Japón rural que aún respira bajo la modernidad.
Hakone no solo se disfruta con los ojos. Aquí cada bocado es un ritual de temporada. Algunos imperdibles:
No olvides entrar en las tiendas de souvenirs gastronómicos: Hakone es famosa por sus onsen manju (bollos al vapor) y dulces inspirados en sus aguas termales.
Más allá del arte al aire libre, Hakone sorprende con espacios culturales para los curiosos:
Hakone se disfruta mejor sin prisas. Y la buena noticia es que moverse por la zona es sencillo gracias a su red de transporte pintoresca.
Hakone Free Pass
La mejor opción es comprar este pase (válido 2 o 3 días) que combina tren, funicular, teleférico, barco pirata y autobuses locales. Lo vende Odakyu Railways y cubre casi todas las atracciones principales. Sale más barato y ahorra colas.
Tren Odakyu Romancecar
Desde Shinjuku, el Romancecar conecta Tokio con Hakone-Yumoto, la puerta de entrada a la región. Un trayecto cómodo, con ventanas panorámicas para ver montañas y ríos.
Cable Car y Ropeway
El Hakone Tozan Cable Car y el Ropeway son atracciones en sí mismas. Subir entre bosques, fumarolas y valles humeantes es parte del encanto.
Autobuses locales
Cubren los puntos que no alcanzan trenes o funiculares. Son puntuales y fáciles de usar.
Caminar y disfrutar
Para sentir Hakone de verdad, dedica tiempo a caminar por senderos entre bosques, templos y casas de té. Cada desvío puede revelarte un jardín secreto, un mirador o un pequeño santuario.
✔️ Mejor época: Primavera (cerezos en flor) y otoño (arces rojos) son mágicos, pero cada estación tiene su encanto: en invierno, los rotenburo rodeados de nieve son un sueño.
✔️ Hospédate al menos una noche: Para disfrutar de un ryokan tradicional, cena kaiseki y onsen privado. Nada se compara a dormir sobre un futón y despertarte con vistas a montañas envueltas en niebla.
✔️ Reserva con antelación: Especialmente ryokan con baños privados y entradas a museos como el Open-Air.
✔️ Viaja protegido: Japón es seguro, pero un resbalón en un onsen, una cancelación de transporte por tifones o una visita médica pueden trastocar tu presupuesto. Para viajar sin preocupaciones, infórmate aquí y contrata tu seguro de viaje a Japón.